La energía eléctrica se paga en función de dos parámetros: el consumo, que varía mes a mes, y la potencia contratada, que es fija y solo se altera si el usuario pide a la empresa que lo cambie. En función del número de electrodomésticos y de la utilización que se haga de ellos, el consumidor debe contratar una potencia mayor o menor.
Tener demasiados kilovatios es un error porque cada mes el cliente pagará de más sin hacer uso de esa energía. Para saber de manera estimativa la potencia que necesita, las empresas eléctricas tienen simuladores sencillos en los que se suma el gasto de cada electrodoméstico y da como resultado la potencia idónea. Si es superior a la contratada, conviene cambiarla porque supondrá un gran ahorro.
Para saber la potencia que necesitar contratar puedes usar la siguiente calculadora:
O bien guiarte según la siguiente tabla: